Ansiedad y Depresión

¿Por qué tengo atracones? Sigue estos CONSEJOS para no tenerlos

En muchas ocasiones, a lo largo del año, se no presentan determinadas situaciones en las que nuestra relación con la comida implica “comer hasta sentir que no podemos más”. El problema de los atracones de comida ocurre cuando estos constituyen un estilo de vida, llegando incluso a que perdamos el control.

¿Por qué tengo atracones?

Aunque no existen experiencias idénticas en las diferentes personas, los atracones presentan dos características fundamentales y comunes:

 La gran cantidad de alimentos ingeridos (en un corto espacio de tiempo).  La sensación de pérdida de control durante la ingesta.  La cuál constituye la característica principal que diferenciaría a las personas que sufren del problema y de aquellas que no. ¿Por qué motivos puede darse una persona atracones?: Dieta y personalidad: Suele tratarse de personas que dan una exagerada importancia a la figura y al peso como consecuencia de su elevado nivel de autoexigencias y perfeccionismo (si bien, lo que suele existir de fondo es una baja autoestima/auto aceptación). Esta personalidad base lleva a que recurran con frecuencia a la realización de dietas, generalmente de carácter estricto, en las que se suprimen multitud de alimentos compuestos principalmente por carbohidratos y grasas (alimentos prohibidos).

              Naturalmente, estas dietas hipocalóricas y con importantes deficiencias nutricionales, son difícilmente sostenibles en el tiempo haciendo que dichos alimentos prohibidos pasen a ser precisamente los más deseados y llegando al punto                    en el que la dieta se transgrede.

              A lo anterior se suma que estas personas suelen caracterizarse por presentar un pensamiento dicotómico, del tipo “todo o nada” (“Me he tomado dos galletas, ¿ya qué más da si me como el paquete entero?) y asimismo presentar rasgos                   impulsivos de personalidad. Por ello, estas transgresiones a la dieta suelen darse a modo de atracones en los que la persona ingiere grandes cantidades de “alimentos prohibidos” con pérdida del control sobre la ingesta.

   

Comer emocional y personalidad: Muchas personas tienden a darse atracones cuando se sienten solas, están tristes o incluso por aburrimiento, existiendo determinados aprendizajes de la infancia asociados a la comida que pueden influir sobre esto.

             Por ejemplo, los padres que para cortar el llanto de su hijo le prometían comprarle golosinas si se callaba. O por ejemplo, cuando se le cocinaba al niño su comida preferida para que no se sintiera triste por haber suspendido un examen.                    También cuando el niño llegaba de sus actividades extra escolares a casa y sólo estaba la merienda preparada sobre la mesa para recibirle.

             Como vemos en todos estos ejemplos, la emoción negativa no fue legitimada en su momento, si no encubierta a través del ofrecimiento de comida.

             Estos ejemplos, entre muchos otros (y que en ocasiones suelen ser más sutiles que los mencionados), contribuyen a que se realice el aprendizaje de que la comida (la cual constituye un estímulo positivo incondicional) puede eliminar o                      paliar las emociones negativas que uno siente en ese momento

7  CONSEJOS A PONER EN MARCHA SI SUFRES DE ATRACONES Realiza cinco comidas al día en cantidades normales y no te saltes ninguna: No pases hambre, pues ésta puede desencadenarte los atracones. Asimismo, procura respetar el horario de comida que tengas para enseñar a tu cuerpo a comer por hambre y, de esta manera, a autorregularse.  Momentáneamente deshazte de la “comida peligrosa”: Evita tener en casa comida con la que fácilmente puedas darte atracones (generalmente paquetes de “abrir y comer”: patatas, galletas, chocolates, etc.) Más adelante, cuando a través de la terapia, consigas tener una relación sana con la comida podrás tenerlos en casa e incluirlos en tu dieta de manera controlada.  Establece un lugar fijo para comer en casa: Cuando comas debes limitarte a comer en un sólo lugar de tu casa, por ejemplo el comedor. Trata de no comer en el baño, en tu cuarto o en otro lugar a escondidas.  Concéntrate en la comida y evita otras distracciones: Es importante que mientras se esté comiendo se haga con conciencia, pues una de las características típicas del atracón es la pérdida de conciencia sobre lo que se ingiere. Para ello, prescindiremos de televisión, internet, lectura u otras distracciones. Saborea la comida: Deja entre bocado y bocado los cubiertos sobre la mesa. Come sin prisas, alarga el tiempo de la comida y dedícate a saborear y paladear la comida. ¡Estamos reeducando tu estilo alimentario, así que se acabaron las prisas y el engullir! Sirve en la mesa todo lo que vas a comer: Pon sobre la mesa todo aquello que necesites para comer, para evitar paseos innecesarios a la cocina y con ello situaciones de peligro. De esta forma, olvídate de poner sobre la mesa la fuente entera para irte sirviendo de ella. Si no puedes evitar el atracón no te culpes, ni autocastigues: Lo importante en estos casos es interpretar el atracón como “un día malo” y no como un fracaso.  Procura volver a tu pauta normal de alimentación (cinco ingestas diarias) lo antes posible y evita las restricciones de comida que te llevarán inevitablemente al mismo problema.

Contacto vía twitter: @laura_osona